jueves, 28 de agosto de 2008

El azote de la Horda Aullante (III)


Con ganas de descubrir la guarida de la dragona, los compañeros se adentraron en los niveles más profundos de las cuevas hasta llegar a un pequeño laboratorio de magia.
Allí, y de improviso, se encontraron con Urrtarr, una maga Gran Trasgo que al verse amenazada atacó a nuestros héroes con un conjuro de sueño, enviando a los brazos de morfeo a más de un combatiente. Sin embargo, al verse amenazada por la espada de Garigarigorn, levantó las manos y se ofreció a ayudarles a derrocar a la dragona si primetían respetar la vida de Darax (jefe del clan del que al parecer, estaba enamorada).
Con la ayuda de Urtarr, consiguieron acabar rápidamente con la guardia personal de Darax y anularon llegaron a los aposentos del caudillo.Sin embargo Darax, enterado de todo lo ocurrido y ciego por la ira de ver a una congénere ayudando a un grupo de invasores, salió de su habitación y con una rápida carga acabó con la vida de su pretendiente.
Nuestros héroes, aunque desconcertados, aprovecharon el momento para salir de sus escondrijos y caer sobre él, negándole toda oportunidad de reacción y acabando rápidamente con su vida.

Así pues, y trás superar un pequeño laberinto en el que unos contratiempos con 8 patas les dieron algun que otro problemilla, llegaron al nivel más profundo de la cueva. En la entrada, un tosco dibujo adviertía a los trasgos de la presencia de la dragona y su poca consideración hacia el resto de "sub-razas".
Entonces, tras reponerse de sus heridas, decidieron entrar. La caverna era oscura y seca, aunque el aire que soplaba a través de ella portaba un intenso matiz ácido. Al final de la cueva se podía atisbar el brillo dorado y plateado de todas las posesiones saqueadas. Sin embargo, los personajes tenían la clara impresion de que algo se movía entre las sombras.
Y así fue. Con un fuerte sonido, un chorro de líquido chisporroteante sugió de la oscuridad hacia ellos. La dragona emergió de su escondrijo y tras atacar, se elevo y comenzo a burlarse y amenazar a los invasores. Sin embargo, y lejos de amilanarse, los valientes mercenarios intentaron hacer frente a la bestia, aprovechando sus descensos para asestarle duros golpes o usando sus arcos cuando se elevaba para lanzar su arma de aliento.
Tras un intenso combate, y viéndose malherida, la dragona aprovechó sus últimas fuerzas para escapar por un gran agujero situado al borde de la cueva, mientras maldecía y prometía venganza por la afrenta sufrida.

Nuestros amigos, relativamente sanos y habiendo concluido su misión, decidieron "tomar prestado" todo lo que la dragona había acumulado y volvieron a Borde del Túmulo, donde explicaron a Stern y a la población todo lo sucedido.
De esta manera recibieron su recompensa (amén de un jugoso descuento en la tienda de Stern), y, tras escuchar rumores de que en Sharn buscaban gente para un asunto importante y bien remunerado, decidieron ir a la ciudad de las torres en busca de emociones, acción y una buena bolsas de monedas de oro...

Todos los implicados suben 2 niveles.

miércoles, 27 de agosto de 2008

El azote de la Horda Aullante (II)


Equipados y listos para descubrir que era lo que pasaba en las cuevas aullantes, nuestros héroes partieron sin demora.
En pocas horas llegaron al borde de las cuevas. 2 trasgos y un perro centinela hacían guardia en torno a la entrada principal. Jud, aprovechando su habilidad para esconderse, se internó en el denso follaje que custodiaba el camino a la entrada seguido a cierta distancia por sus compañeros.

Sin embargo, no se percató de que el viento soplaba a favor y maldijo en voz baja cuando el agudo sentido del olfato del perro les delató.Con algun problema que otro se lanzaron a por los guardias que fueron abatidos a excepcion de un trasgo que, malherido, corrió hacia dentro de las cueva para dar la voz de alarma.
Alertados, los aventureros hicieron una pausa y prepararon su estrategia: Jud simularía estar muerto mientras sus compañeros, confiados en que este desviara la atención de los trasgos, se esconderían para aprovechar el factor sorpresa.
Poco después de esconderse, aparecieron en la entrada 4 guardias trasgos acompañados de un gran trasgo que se hacía llamar el Gran Bronk, el cual a merced de una sorprendente visto vió que Jud sólamente fingía y aprovechó para asestar un certero mazazo al desvalido pícaro.Sin embargo sus compañeros (Galzix sobremanera) reaccionaron rápidamente y redujeron al grupo.

Limpios sus cadáveres y comprobando que nadie más les salía al encuentro, decidieron proseguir la marcha y adentrarse en las cuevas. Comenzaron explorando lo que parecía un antigua capilla en la que encontraron y asesinaron a lo que creyeron que era un trasgo y al final resulto ser un niño trasgo. La resultó ser un antiguo santuario enano consagrado al dios Moradin.
"este pasaje a través de las piedras que cantan debe ser protegido a cualquier precio. Nuestra constante vigilancia no debe terminar, Lo que yace más llá debe permanecer para siempre separado y aparte." decía un trozo de pergamino que encontraron dentro...

Tras registrar la estancia al completo decidieron pasar a la siguiente, donde se encontraron con un zombi y un esqueleto de guerrero Gran Trasgo que les hicieron pasar mas de un apuro.
En la habitación encontraron numerosos objetos de interés, y un estracto del fragmento del diario del chamán de la cueva que decía lo siguiente:

"Odio el día en que la dragona negra llegó. No ha hecho otra cosa que separar a la tribu del sagrado camino de Maglubiyet, e incluso nos come cuando le apetece. Parto ahora en un viaje sagrado, para que Maglubiyet me guíe y me muestre cómo hacer volver a la tribu al buen camino".

C
on el susto todavía en el cuerpo tras la revelación de la que supusieron causa de todo este embrollo, nuestros héroes siguieron registrando las habitaciones de ese nivel y dando muerte a sus adversarios (entre los que se incluye un cieno gris muy parecido a una dragona, según las palabras de la maga) ; La habitacion del Gran Bronk, la cocina y despensa de la cueva, así como la sala común fueron tomadas y prácticamente saqueadas.
Todo parecía ir como la seda aunque todos al parecer, con más o menos disimulo, tenían algo de miedo a lo que se pudieran encontrar en las estancias más profundas de la cueva...

domingo, 24 de agosto de 2008

El azote de la Horda Aullante (I)

"¿Y por qué no?." Con está curiosa premisa, 5 aventureros decidieron embarcarse en lo que sería su primera aventura.
Un cartel en una de las muchas tabernas de Sharn requería la ayuda de un grupo de valientes hombres de acción. Galzix, un guerrero con poderes clericales; Garigarigorn, un forjado veterano de la Ultima Guerra; Jud, un sigiloso replicante amigo de lo ajeno, una exploradora y una maga humana no tardaron siquiera 10 minutos en acudir a lugar indicado en el aviso : Borde del Túmulo.
El viaje fué placentero, sin apenas contratiempos hasta que, cuando ya oteaban en el horizonte las humeantes chimeneas de la aldea, escucharon ruidos de pelea.
Presurosos, corrieron hacia el lugar del que parecían provenir y se encontraron con una carreta que había sido emboscada por una partida de trasgos. Tras dar buena buenta de ellos ( y de paso vaciar los bolsillos de los caídos de ambos bandos), descubrieron bajo la carreta a una mujer, que se presentó como Sten Buenavendedora, propietaria de la única tienda de Borde de Túmulo.
Cuidadosamente escoltada, nuestros aventureros llegaron a la aldea donde les presentaron a las personas que habían enviado el mensaje de auxilio; Mellie, la tabernera y Arvel Durgenbajo, el banquero enano de la ciudad. Éstos les explicaron que últimamente la comunidad de trasgos que habitaba las cuevas aullantes a las afueras de la ciudad, se mostraban mas agresivos y temerarios. Esto había sido refrendado por los recientes ataques incluso a la aldea.
Tras acordar un pago en torno a unas 500 p.o, nuestros aventurareros se quedaron en la posaba y aguardaron al día siguiente, día en el que partirían hacia las cuevas aullantes.